Mas que un blog, es un bloc.

domingo, 26 de febrero de 2012

Una vez  a él Raquel le preguntó si le gustaba la Psicología. Tonterías, puras tonterías, le respondió. Tratar de entender el cerebro humano... tratar incluso de entender todos los cerebros... eso no es ciencia, es prepotencia. Si yo leo esto, señaló  con los ojos varias ediciones, vetustísimas, de Freud, es porque a mí me gusta la buena literatura de ficción.  Solo aquella vez lo sentí molesto.

sábado, 18 de febrero de 2012

Un puesto de libros de la Feria del Calzado, frente a Plaza del Sol. Abundan libros de autoayuda. Cuauhtemoc Sanchez, Coelho, Miguel Angel Cornejo. El vendedor. Una señora, 2 señoras. Mas bien, la misma señora 2 veces: "El Secreto", con dvd incluido, te lo tengo en 5 minutos, 13 soles. Ellas felices y yo feliz con mi librito de Los Inocentes, a 3 te lo dejo nomás para que lo lleves, recién comprado. Señor Oswaldo Reynoso, que voy a hacer, je ne sais pa. 

domingo, 12 de febrero de 2012

Lo que dura
este amor
de Tu y Yo
este cielo
estas ganas de escribir
estos falsos dilemas
estas batallas
esta vida interesante
pero este amor
no se mantiene
este amor
aditivo alimenticio
tan polvo químico
Benzoato de Sodio
no se mantiene

miércoles, 8 de febrero de 2012

Al flaco, esperando su ascensión

Flaco, ganas terribles de llorar, flaco, arte y artista, flaco eterno, grande, alma total… Luis Alberto Artaud, anochecer de Todaslashojassondelviento con temblores de labio, de adolescente seco, callado, frente a la muerte, y sentimientos de ya no estar sentando a la derecha tuya, Flaco, padre humanísimo, cantor, cantando el mundo al oído, erudito, libre todo de pecado, un viejo amigo, un hermano, una idea íntima, un argentino cerebro, letras todo amor, flaco hoy el mundo está de luto, hay nubes, rayones tristes, anacrónicos, con tristeza de 2do grado de primaria, hombres que no entienden la humanidad, lluvia gris, y una falta de canción para los días de la muerte 



domingo, 5 de febrero de 2012

Serenata

 Porque yo te he amado 
no con el primer amor de primavera
sino con el otro amor:  ese que a veces me levanto
y siento que uno es libre de pecado
y el sol es un amigo fraterno
y entonces el mundo es bueno en todas sus formas
porque tus ojos
las sienes tuyas y los cabellos inocentes
los pensamientos viajeros
amor dime de verdad
el verdadero amor reside ahi.

jueves, 2 de febrero de 2012

La casa de Lucho



Yo había llegado a visitar su casa como nunca, esa vez porque andaba lloviendo y a su motocicleta se le habían roto los frenos, y además porque Lucho (que no lo aceptaba) se había molestado, no sé por qué cosas, con su chica de turno, una morena llamada Daniela, de grandes ojos negros y cabello largo, larguísimo y negro, lo que lo dejaba en un letargo en las tardes de verano, donde no salía por horas de su cuarto, y eso a mí también me jodía la billetera, porque era Lucho el que venía a mi casa o me recogía para ir al bar a conversar. Él se quedaba en el tercer piso: cortinas anchas y grandes, y 1 ventana gigantesca (2, si contamos a la puerta eternamente abierta)  con vista al valle, río y sunset incluido. Me acuerdo que lo visité como de casualidad, pero Lucho ya sabía de mi reciente adicción a los lilibros(mucho tiempo después me habría de decir que Massa le había contado el incidente en su casa –mochila rota, bam, 3 novelas ya no tan secretamente robadas, y muchos perdóname cholo, necesito leer porque acá no tengo nada y el gringo cagándose de risa y diciéndome te los regalo, te los regalo) y lo primero que hizo fue llevarme a la biblioteca, con una celeridad por la que hasta ahora le estoy agradecido, pero que estoy seguro para él fue un acto automático, de reflejos puros.
De ahí lo visité diario, o casi diario, repartiéndome el tiempo que me restaba de las vacaciones entre su biblioteca (122 libros, contados a vuelo de pájaro) y la de mi abuelo, que era mucho más grande, pero también mucho más vieja, o lo que es lo mismo,  con libros enormes, y exageradamente aromados que no cabían en mi mochila.  A cambio de los libros y los almuerzos ocasionales, a Lucho le limpiaba la casa, porque ya no había dinero para el servicio, y porque era además lo único que yo sabía hacer medianamente bien, porque no me molestaba hacerlo y porque de hecho lo disfrutaba. Todos los días la ceremonia de limpieza iniciaba, seis, siete de la noche. Antiestrés, mi pincho, me decía, riéndose a más no poder. Luego se quedaba callado y no hablaba en toda la noche. Otros días me miraba mientras lavaba los platos y me ofrecía tabaco Las veces que no le contestaba, me decía bien, espero que lo próximo que escribas esté bueno. Solo ahí me daba cuenta de los cigarrillos y nos reíamos, yo porque pensaba que me conocía bien, y él porque a esas alturas ya había prendido un cigarrillo y ya estaba achinado, rasgadísimos ojos, todo un oriental. Era ahí cuando cogía sus-mis libros y me iba, seguro para desvelarme escribiendo.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Desmitificacion

La Soledad que yo conozco:
la de aún no terminar la obra
Después de eso uno siempre está acompañado.

Noche de lluvia en Sullana

El viento ha entrado frente a la ventana
Otro más ha dormido sobre mi cabeza
el mas importante
ha soñado en mi mente
contigo.
Oh Sara, Sara, con tus pechos* imperfectos
¿me puedes decir
la hora
en tu reloj nietzscheano?

Nota al pie: En el manuscrito original el autor tachó las palabras "tetas imperfectas" y las reemplazó.


13/14/11